La inflación subyacente de Estados Unidos ha generado preocupaciones.
La Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics) informó que la inflación general y la subyacente de enero resultaron en 6.4% y 5.6% anual, por debajo de los niveles de 6.5% y 5.7% de diciembre, pero superiores a los esperados por el consenso de 6.2% y 5.5%. Aunque se observó una ligera desaceleración en los precios, la realidad es que los mercados financieros esperaban datos más favorables. Específicamente, ha llamado la atención los precios de energéticos que han sido impulsados en gran parte por la prolongación del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. En este sentido, han regresado las preocupaciones por la posibilidad de que la FED decida subir la tasa objetivo más allá del 5.5% anual, sobre todo porque los niveles recientes de empleo y de las ventas minoristas dan espacio para tal efecto. Sugerimos prestar atención al comportamiento de la inflación de febrero que se conocerá a mediados de marzo y será determinante para la próxima decisión de la Reserva Federal.

Crecimiento importante en ventas minoristas.
El 15 de febrero la Oficina del Censo de Estados Unidos (Census Bureau) informó que las ventas minoristas de enero crecieron 3.0%, luego de haberse contraído en los 2 meses anteriores. Este nivel que representa el máximo de un año fue impulsado por las ventas de automóviles, debido a la mayor disponibilidad de suministros y componentes utilizados en la producción. También se observó crecimiento del gasto en restaurantes, tiendas de muebles y aparatos electrónicos. Nos parece conveniente analizar las posturas relacionadas con este resultado: algunos especialistas económicos señalan que el aumento en las ventas minoristas sugiere un fuerte gasto en consumo y confianza en la economía que, junto con los crecientes niveles de empleo, se estima poco probable que Estados Unidos experimente una profunda recesión en el 2023, pese a la agresiva restricción monetaria implementada por la FED. Otros sostienen que un buen desempeño económico otorga margen de maniobra para aumentar la tasa de referencia a niveles superiores a lo esperado. Por el momento, hay optimismo de que el efecto acumulado de las elevadas tasas de interés no afectará significativamente al empleo y al consumo, además que todo apunta que la tasa objetivo llegaría a un máximo de 5.50% anual.
Tensiones geopolíticas entre China y Estados Unidos (EU).
El pasado 4 de febrero el ejército de los EU derribó un objeto no identificado cerca de la costa de Carolina del Sur, después afirmó que se trataba de un globo espía chino equipado con un potente sistema de antenas. Por su parte, Pekín negó de forma contundente las acusaciones, argumentando que era un dispositivo para medir el clima que se había perdido. Asimismo, comentó que esta acción viola gravemente la práctica internacional y se “reservará el derecho de utilizar los medios necesarios para enfrentar situaciones similares”. La aparición del globo en el espacio aéreo norte americano ha generado una crisis diplomática entre ambas naciones, propiciando que el secretario de Estado, Antony Blinken, cancelara una reunión programada en China. A la fecha de este reporte, el Departamento de Defensa de los EU ha derribado otros tres objetos no identificados, pero no ha confirmado el origen exacto de los mismos. La evolución del conflicto debe ser monitoreada de forma permanente, ya que al estar involucradas las dos economías más fuertes del mundo, el impacto a nivel global puede ser muy significativo.
Sorpresiva decisión del BANXICO.
El 9 de febrero se realizó la 1ª reunión de política monetaria del año, en donde el consenso de especialistas económicos anticipaba un alza de 0.25% en la tasa de referencia. Sin embargo, la Junta de Gobierno sorprendió con un aumento unánime de 50 puntos base para dejar el costo del dinero en 11% anual. Esto debido a que el balance de riesgos para la inflación mantiene un sesgo alcista, principalmente por el componente subyacente que permanece elevado y aún no muestra un punto de inflexión a la baja. La autoridad monetaria también señaló la volatilidad de los precios de agropecuarios y energéticos, además de las presiones que podría generar la paulatina reapertura de la economía china. De esta forma, se espera que la inflación general y la subyacente se ubiquen por debajo del 4.0% anual hasta el 2º trimestre del 2024. Cabe destacar que, pese al alza sorpresiva de la tasa objetivo, el mercado accionario se mantuvo estable, mientras el peso ganó terreno apoyado en el spread entre la tasa de México y Estados Unidos.
Nota: los niveles de inflación son calculados quincenalmente por el INEGI mediante el índice nacional de precios al consumidor (INPC). Se reporta conjuntamente el componente general que considera todos los precios de bienes y servicios en nuestra economía, así como el subyacente que no incluye los precios de bienes y servicios que son considerados más volátiles como los agropecuarios, energéticos y las tarifas autorizadas por el gobierno.
Cotización del peso favorecida por diferencial de tasas.
El manejo actual de la política monetaria pretende disminuir el nivel de inflación, pero es necesario comprender que también repercute de diferentes formas en la economía, por ejemplo, en la oferta y demanda de créditos, en la negociación de bonos, en los niveles de ahorro y consumo y en la paridad cambiaria. En este último caso, el peso ha mostrado una apreciación constante frente al dólar desde mediados del 2022, apoyado principalmente por el diferencial (spread) que prevalece entre la tasa de interés doméstica y la de Estados Unidos, que actualmente es de 625 puntos base. En la medida en que dicho spread sea mayor, los inversionistas extranjeros estarían más dispuestos a diversificar parte de sus flujos monetarios en activos mexicanos como las acciones y bonos gubernamentales de tasa fija, lo cual incrementa la demanda de pesos. De igual forma, las operaciones de carry trade tienden a realizarse con más frecuencia, mismas que consisten en pedir fondos en países que ofrecen tasas de interés bajas para invertir en divisas en donde se consiguen rendimientos más elevados. Así, nuestra divisa se ha negociado recientemente en niveles alrededor de $18.35, que representan mínimos de más de 4.5 años. En nuestra opinión, se ve poco probable que el diferencial de tasas sobrepase los 625 puntos base en los próximos meses, por lo que el rompimiento del soporte de los $18.00 pesos por dólar, también debería ser apoyado por una percepción de menor riesgo soberano.

Esta publicación es educativa y no una sugerencia de inversión.
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